martes, 19 de noviembre de 2013

Formalismo ruso

Historia de la crítica literaria
David Viñas Piquer
Formalismo ruso
Suele decirse que la teoría literaria del siglo XX comienza con el Formalismo ruso.
El Círculo Lingüístico de Moscú se forma en un ambiente marcado por el flujo de la filosofía de Husserl: la fenomenología.
La Opojaz y el Instituto Nacional de Historia del Arte de San Petersburgo son instituciones vinculadas al Formalismo.
Estas tres instituciones señalan los tres enfoques que conforman la perspectiva crítica del Formalismo; el enfoque lingüístico (Círculo Lingüístico de Moscú), el enfoque poético (Opojaz) y el enfoque histórico (Instituto Nacional de Historia del Arte).
Hacia 1930 la desaprobación oficial consigue que se extinga el Formalismo en Rusia.

En los textos formalistas se destaca una clara actitud contestataria, rupturista; suelen ser textos que invitan a la discusión.
Los jóvenes formalistas querían que sus ideas, sus métodos y su terminología contrastaran con la tradición crítica que les precedía y dominaba aún en el panorama de los estudios literarios en Rusia.
Para ellos la creación literaria no era fruto de ninguna inspiración, no obedecía a ningún misterio ni a ninguna experiencia inefable; se trataba de algo mucho más prosaico: el dominio del oficio.
El método formalista se trata de un método descriptivo y morfológico únicamente interesado en cuestiones artísticas.
El formalismo invitaba a ver el arte simplemente como arte.
Ellos pretenden describir todo acierto estético en términos técnicos, concibiendo el poema como un artefacto construido a partir de ciertos recursos.

Roman Jakobson define que el interés principal de los formalistas no es la literatura sino la literaturidad, es decir, lo que hace de una obra dada una obra literaria; para conocer la literariedad es necesario analizar los textos.

La literatura era considerada por los formalistas como un uso especial del lenguaje, uso caracterizado por su alejamiento respecto del uso práctico o cotidiano.

Roman Jakobson

Shklovski definía la percepción artística como aquella en la que sentimos la forma.
Al principio los formalistas  aspiraban a construir una teoría general del arte, pero luego centraron su interés en el campo de lo literario.
Tinianov concibe la  obra literaria como un sistema, una entidad dinámica constituida por una serie de elementos- tema, estilo, rito, etc.-en interacción mutua.
Shklovski desarrolló sus ideas sobre el automatismo de la recepción y el papel renovador del arte. Trató de demostrar que el carácter estético de un objeto depende de cómo éste sea percibido.
Shklovski enunció que “la finalidad del arte es dar una sensación del objeto como visión y no como reconocimiento; los procedimientos del arte son el de la singularización de los objetos, y el que consiste en oscureces la forma, en aumentar la dificultad y la duración de la percepción.

Son cuatro los elementos considerados en todo fenómeno de desautomatización: 1-El artista que crea el artificio oscureciendo la forma y aumentando la dificultad de la percepción, 2- Los procedimientos con los que se consigue retener la atención del lector, 3- El receptor, que realiza la acción de la percepción y concede al procedimiento un valor estético, 4- La duración de la eficacia estética del procedimiento.

Los formalistas plantearon la evolución literaria atendiendo exclusivamente a los procedimientos intrínsecos del arte literario, a las distintas difusiones que esos procedimientos iban desempeñando a lo largo del tiempo.
Los formalistas rusos se pronunciaron sobre la teoría de los géneros literarios.
Ofrecían una visión de la obra literaria como un sistema integrado por varios elementos con funciones distintas.

El centro de atención se fijaba en las funciones que los distintos procedimientos empleados en la construcción de la obra iban desempeñando a lo largo del tiempo, el concepto de la dominante obliga a replantear la dinámica de la evolución artística; lo que toda evolución provoca es un cambio en la relación que los elementos del sistema mantienen entre sí. (Jakobson).

La teoría de la desautomatización consideraba preciso encontrar un procedimiento desautomatización a través de alguna, maniobra inesperada, que sea capaz de causar en el lector un efecto de extrañamiento que le obligue a prestar una mayor atención, que evite la indiferencia y consiga aumentar así la duración de la percepción artística.
La autocreación dialéctica de nuevas formas fue uno de los postulados básicos de la escuela formalista, la historia de la literatura pasa a ser concebida en evolución permanente.

En el Formalismo ruso se desarrollan las ideas que supondrán la base de la narratología del siglo XX. Con el precedente aristotélico, los formalistas proponen un modelo de análisis orientado preferentemente hacia la forma del relato. Su objetivo es aislar los procedimientos técnicos utilizados por el escritor para conseguir que un conjunto de elementos acaben teniendo una estructura narrativa.
Shlovski afirma que las obras literarias cuentan con procedimientos específicos de composición, son el resultado de elementos de elaboración que nada tienen que ver con el nivel temático.

V. Shklovski

           Los orígenes de la distinción fábula/trama se encuentran en la Poética de Aristóteles.
La fábula es considerada el alma de la tragedia, engloba dos ideas distintas: la mímesis de la acción y la composición de los hechos en el discurso. Es decir, por una parte estaría la imitación de los acontecimientos que conforman la historia y, por otra, la configuración artística de esos mismos acontecimientos.
La piedad y el temor son los sentimientos básicos que la mímesis tiene que suscitar en el espectador de una tragedia.
Los formalistas conciben la obra literaria como el resultado se la puesta en funcionamiento de varios factores constructivos.

Según Tomashevski la fábula se refiere a la suma de acontecimientos narrados en la obra, mientras que, la trama hace alusión a la elaboración artística de esos acontecimientos. Fábula equivalía así a material temático, y trama remitía al proceso de elaboración artística, a la construcción de una forma literaria.

Según Forster, hay que entender por story la narración de unos hechos considerados simplemente en secuencia temporal, mientras que plot alude a una narración de sucesos en la que se pone énfasis en la relación de casualidad que existe entre ellos, con lo que se consigue un efecto estético. Las técnicas de composición del relato e incluirían en el plot.

Goethe marcó una evidente continuidad con la  actitud racional y analítica del pensamiento ilustrado, facilitando así el futuro desarrollo de las poéticas formalistas.
La escuela morfológica alemana anticipa la concepción formalista de la fábula como material bruto y la trama como construcción artística.

Forster

Aristóteles señaló que los materiales de la fábula deben vincularse siempre siguiendo tres criterios: el de verosimilitud, el de la necesidad y el del decoro. Esta idea llevó a los formalistas a hablar de los motivos y de la motivación.
La motivación englobaría los tres criterios a los que aludía Aristóteles.
Según Tomashevski no basta elegir un tema interesante; hay que mantener el interés estimulando la atención del lector. El interés atrae, pero la atención retiene.
Según él, la obre literaria está dotada de unidad cuando ha sido construida a partir de un único tema. Tema es un concepto acumulativo, implica la acumulación de motivos.
Los motivos son las partes no descomponibles. Combinados constituyen el armazón temático de la obra. La fábula es el resultado de considerar los motivos en sucesión cronológica y manteniendo una lógica de causa-efecto, mientras que la trama es el conjunto de esos mismo motivos pero dispuestos respetando el orden que siguen en la obra.

Vladimir Propp desarrolló su actividad crítica paralelamente a los formalistas. Él se basa en la descripción de los acontecimientos y en los agentes que llevan a cabo las acciones; en el nivel de fábula, la acepta que es necesario encontrar unidades mínimas porque para describir el todo primero hay que describir las partes.
Propp clasifica y describe. Presenta las deficiencias y problema de clasificación para los cuentos a partir de los motivos. Él inaugura el análisis del texto narrativo como historia, no  como discurso.
Propp redujo a 31 funciones todas las alternativas de acciones que podían desempeñar los personajes en los cuentos maravillosos. Demuestra que pueden estudiarse los cuentos a partir de las acciones que en ellos desempeñan los personajes. Las funciones son los elementos constantes en el cuento. Propp las identifica con las acciones sean relevantes en el desarrollo de la trama.
           

El formalismo recibió muchas críticas.
Para Trotski el formalismo era un movimiento superficial y reaccionario, inconsistente y pueril, pero cuyas investigaciones podían ser útiles, e incluso necesarias, si se les reconocía su carácter parcial, fragmentario, subsidiario y preparatorio”.
Bajtin cuestionaba los procedimientos del método foral o morfológico denunciando su insuficiencia.
Para él los formalistas eran un extremismo indeseable que representaba la moda del cientifismo, de la erudición superficial, del tono sabio precipitado pero seguro de sí mismo, y advertía de los peligros que conlleva la urgencia de teñir de rigor científico los estudios artísticos.
Abordar las obras literarias analizando únicamente aspectos formales era para Bajtin un enfoque erróneo.

Propp

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